Y mi voz te acompañará y te susurrará como el viento;
y te diré que no estás sólo
porque donde quiera que vayas,
yo iré contigo.
Cuando te sientas inmerso en plena tempestad,
te diré que no agites tu interior
al vaivén de las olas;
que mantengas tu centro en ti,
y te aferres al instante
como al mástil de una vela.
Porque todo pasará
pero tú no serás arrastrado,
y seguirás el curso de tu existencia
sin tener que volverte a reconstruir
a partir de los escombros.
Y tú y yo seguiremos juntos
como gotas de este océano inmenso
que es la vida.
Ana Cristina González Aranda
@ana.escritora.terapeuta
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